" Aunque se muevan los montes y tiemblen las colinas, mi amor por ti seguirá firme y mi pacto de paz no tambaleará. Lo dice el SEÑOR, que se compadece de ti". ISAIAS 54:10
¿Acaso te son familiares esas frases? Son palabras que salen de un corazón profundamente enamorado.
El profeta Isaías nos trae una promesa que la debes recordar cada mañana, porque su amor nunca fallará. Tenlo por seguro. Debe ser la fuerza que te motive a levantarte para enfrentar los retos diarios. Tan fuerte es ese amor hacia ti, que hasta las montañas pueden moverse de lugar y los cerros irse abajo pero el amor no cambiará, seguirá estando en el mismo lugar y con la misma intensidad.
La promesa que Dios te hace es que no hay ninguna situación que haga a Dios cambiar de opinión y amarnos menos. No hay pecado grande ni chiquito que pueda hacer a Dios reevaluar si es conveniente amarte o no, si salvarte o no.
Nosotros los seres humanos nuestro amor sube o baja dependiendo el estados de ánimo. Lo que el Señor nos prometió no está condicionado ni descansa en esas cosas efímeras, porque Él es fiel. Dios es un Dios que no cambia, que no se inmuta, Él siempre es el mismo ayer, hoy y por siempre. El pacto que hizo con nosotros fue amarnos por siempre. Puedes descansar en Su palabra porque esa promesa de amor permanece.